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-¿Qué evaluación política hacen del proceso de normalización de la CTA ?
La normalización se viene dando desde hace tiempo, hay que decir que la CTA es una sola, tiene una sola inscripción gremial. No tiene personería porque en la Argentina la ley 23551 no permite tener dos personerías gremiales a entidades de tercer grado, pero desde el año 1993 estamos bregando por la modificación de esta normativa. Hoy existe una sola personería gremial, en manos de la CGT, que detenta desde el último congreso Antonio Caló. La CTA es la única entidad que tiene inscripción gremial, y es conducida por el compañero Hugo Yasky. Esto viene siendo así desde 2010, con prórroga de mandato, por el proceso electoral que no se pudo concretar a nivel nacional, y sí a nivel nacional y de las regionales de la CTA, que se encuentran plenamente normalizadas, salvo tres provincias y la comisión nacional. Esa es nuestra situación institucional, pero se viene trabajando desde esa misma instancia en tratar de regularizar y resolver por vía del Ministerio de Trabajo y la justicia esta normalización. Pasaron los cuatro años de mandato, y la comisión actual, con Hugo Yasky, convoca a elecciones convalidadas por el Ministerio de Trabajo. A tal punto que este organismo nacional coloca un delegado normalizador que acompaña este proceso.
-¿Quién es?
El Dr. Abel Demanuelle, santafesino, él está monitoreando todo el proceso electoral que concluiría el 18 de noviembre. Lo distinto es que hace unas semanas hubo una reunión muy importante entre la CTA y la corriente interna que se escindió de la CTA, encabezada por el compañero Pablo Michelli, que en el ámbito del Ministerio de Trabajo firmaron la “fractura”, definieron la situación de esta corriente interna que se va a constituir en una nueva central sindical. Van a solicitar, es lo que se firmó en un acta, por cuenta propia, una nueva inscripción gremial en el Ministerio de Trabajo.
-¿Qué cosas quedarían por resolver a partir de este escenario?
Quedaría resolver temas vinculados a lo patrimonial, las obligaciones, los empleados de la CTA. Habiendo podido conversar estos temas, cosa que durante mucho tiempo lamentablemente no se pudo, es legítimo tener diferencias entre compañeros, diferencias que nos lleven a trabajar en dos caminos en paralelo. Pero de ninguna manera se puede llegar a esta situación de no poder conversar, como sucede en un divorcio en la vida cotidiana de las personas. Cada uno toma su camino, y esto no debe imposibilitar el diálogo, porque también debe haber coincidencias independientemente de lo que ha pasado. Todos somos representantes de una misma clase obrera, que es una sola, y en eso tenemos que tener conciencia gremial para intentar acordar en lo que se pueda.
-¿Y qué es lo que se acordó?
Se acordó como se inicia este proceso, por lo tanto la única CTA que existe va a continuar su proceso, camino al 18 de noviembre, cuando se celebrarán elecciones a nivel nacional, provincial, regional. En la provincia de Santa Fe existen 14 regionales, seguimos incrementando regionales.
-Más allá de este panorama, ¿qué escenario vislumbran a futuro?
En Santa Fe, todos los que venimos trabajando desde los orígenes de la CTA seguimos juntos. Tenemos la particularidad que los compañeros de Conaduh Histórica están en la otra CTA, que va a denominar “CTA Autónoma”. Pero en general todos los compañeros de ATE, AMSAFE, Vitivinícolas, Prensa Rosario, UOM Villa Constitución, Comercio, Vigiladores, Cadetes, un inmenso espectro de organizaciones de compañeros, todos los movimientos sociales, seguimos siempre en la provincia de Santa Fe en la órbita de la CTA, en el mismo espacio. Creemos en la libertad sindical, pero orgánicamente, los sindicatos de Santa Fe que fundaron la CTA vamos a seguir en la misma central. Eso se expresa en lo que han sido la conformación de las listas, lejos de debilitarnos en estos últimos cuatro años, que fueron muy difíciles, se avanzó muchísimo en el crecimiento de la CTA. Porque la clase obrera ha avanzado mucho en cuanto a derechos en estos últimos años, tanto en el plano nacional como provincial. Tenemos que consolidar esos logros y profundizar la lucha para evitar el avance de los sectores del poder que pujan por la vuelta de las políticas neoliberales, y seguir conquistando derechos en el futuro.
-¿Cuáles son las líneas de trabajo que están desarrollando actualmente?
Desde la CTA creemos que en estos últimos diez años en el país y en la provincia, independientemente de los colores políticos, hubo una recuperación de los derechos de los trabajadores muy profunda. Nosotros lo podemos decir a partir de nuestra paritaria provincial como docentes, los compañeros de ATE, lo mismo que los compañeros del sector privado, y también los sectores que se desempeñan en los movimientos de desocupados en el nivel local y en el nivel nacional. Nosotros creemos que tenemos que seguir institucionalizando ese proceso, que se debe consolidar, pero de ninguna manera creemos que hayamos logrado todo lo que nos corresponde como clase obrera. Hay que continuar este camino, defendiendo lo conquistado, porque también vemos nubarrones, con absoluta autonomía de los partidos políticos y las iniciativas electorales que se presenten en la Argentina, vemos claras alternativas de retroceder en algunas de las cosas conquistadas en estos últimos diez años y que la clase trabajadora debe defender, independientemente del gobierno o el sector que esté al frente del Estado.
-Muchas veces la clase dirigente elude el debate sobre la reformulación necesaria en la estructura productiva nacional, lo cual mejoraría el accionar del Estado y los derechos de los trabajadores. ¿La CTA se plantea avanzar en este tema?
Nosotros creemos que en la Argentina se hizo algo que veníamos planteando hace mucho tiempo. No nos consideramos autores de la idea, keynesiana, que plantea que en el marco del capitalismo es necesario fortalecer el consumo y el mercado interno, promoviendo todas las vías de industrialización no nocivas que puede tener una economía. Eso es lo que viene planteando la CTA, desde que estábamos todos juntos. Hay una figura emblemática en esta línea que es Claudio Lozano, que hoy no integra nuestra central, pero a fines de los ’90 y a principios de este segundo milenio veníamos planteando con fuerza este tema. Obviamente la reestatización de las AFJP, de todo el sistema previsional, universalizar la jubilación, todas las medidas que fortalecen el mercado interno, son líneas de trabajo que promueven que avance la industrialización, que se mejoren los niveles de empleo, que se reduzca la precariedad.
-Ahí entra a tallar la discusión de la productividad global de la economía…
Claro. Volver a generar un escenario como el de los ’90 donde la productividad global de la economía y por ende del Estado surgía de la flexibilización laboral, los bajos salarios y la reducción de derechos laborales, sería un grave error. Una renta obtenida de ese modo no sólo es injusta, sino que genera sociedades donde los problemas se multiplican a largo plazo. La discusión sobre la mejora de la productividad global de la economía debemos darla también los trabajadores, porque el único modo de generar un Estado fuerte, con ingresos que permitan paliar la concentración inherente al sistema capitalista y su correlato, la exclusión, es obtener más ingresos vía impositiva. Para avanzar en esa vía es necesaria la modificación de una histórica estructura productiva desequilibrada que nos ha llevado a ciclos de crecimiento y recesión, con alternancias. Hay que crecer sostenidamente con nichos industriales sustentables desde el punto de vista de la generación y el cuidado de las divisas. Avanzar en la participación de las pymes de capital nacional, que eviten la sangría de dólares atada al accionar del capital multinacional, pymes que construyan un tejido fabril sólido en el tiempo, con empleos y salarios de calidad. Esta es una discusión que venimos dando y que hay que profundizar.