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Lo ocurrido con Quiroz es un hecho más de los que diariamente deben padecer los santafesinos, especialmente aquellos que viven en los barrios más postergados de nuestra ciudad. Esto es consecuencia de una realidad económica y social de pobreza y exclusión que viene dejando a nuestros jóvenes sin perspectiva de ningún tipo y los transforma en presa fácil de las organizaciones delictivas. Organizaciones que, como ocurre en este caso, vienen actuando y haciendo que la vida en los barrios santafesinos sea cada vez más difícil.
El hecho es grave, no sólo porque fue atacado un periodista, sino porque además desde el propio vecindario ya se venía señalando la existencia de un “aguantadero” delictivo en el lugar donde fue atacado Quiroz. Sin embargo, según indican los propios habitantes del barrio, estos avisos fueron desoídos por parte de la fuerza policial con jurisdicción sobre la zona, lo que en el mejor de los casos demuestra ineptitud y en el peor implica la existencia de un compromiso de protección.
Si, como sociedad, no queremos que este tipo de hechos se sigan repitiendo es necesario una urgente política que elimine la pobreza y la exclusión. Mientras tanto es necesaria una fuerte y urgente intervención del Estado en los barrios con el objetivo de paliar los efectos más degradantes de las políticas de las últimas décadas.
También es necesario que se tomen medidas a los efectos de eliminar los bolsones de corrupción y complicidad con el delito que existen en algunos sectores de la policía de la provincia.