El ministro partió de un diagnóstico de 120 mil despedidos y para promocionar el empleo en los mas jóvenes promueve una ley que termina siendo un paliativo que no plantea soluciones ante la crisis que estamos viviendo los argentinos. Celebramos que el Ministro reconozca que hay pérdida de empleo, pese a que el presidente vetó la Ley Antidespidos que buscaba garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores en actividad.
La ley sigue en el mismo camino de Macri, Aranguren y Bruyaile de transferir recursos del Tesoro Nacional a los empresarios, en este caso a través de la reducción de los aportes patronales y el subsidio a las empresas. Repite la vieja premisa liberal que sostiene que la disminución de los “costos laborales” genera por si sola nuevos puestos de trabajo.
Creemos que es en este momento de la pérdida de empleo, el aumento del empleo informal y la tercerizacion, donde se necesitan políticas más comprensivas y amplias que una iniciativa de primer empleo.
Hoy necesitamos que el Gobierno se comprometa a dejar de despedir trabajadores estatales y a reincorporar a todos los despedidos desde que han asumido, y teniendo en cuenta que en su mayoría son compañeros y compañeras jóvenes sería una medida específica que mejoraría sustancialmente el acceso al empleo por parte de la juventud.
La Ley es rebobinar una película que ya vivimos en la Argentina generando mayor precarización, despidos encubiertos a través de los retiros voluntarios. El gobierno nacional tendría que hacerse cargo de que es la política económica que está llevando adelante la que está destruye el empleo y perjudica a los trabajadores.
Esperamos que el ministro Triacca reflexione y también convoque al movimiento obrero para escuchar sus demandas en este duro momento que estamos viviendo.
(*) Secretario de Juventud de la CTA