El jueves 6 de marzo llegaron a la ciudad de Rosario los cabezudos, los títeres, el tren de la vida y la voluntad inquebrantable de mil pibes de distintos puntos del país, para gritar nuevamente basta: el hambre es un crimen hay que detenerlo sí o sí.
Los chicos del pueblo fueron ganando la calle, transformando el dolor del hambre en la esperanza de estar nuevamente juntos, para modificar sus destinos y el nuestro. Y mientras las murgas y los distintos movimientos territoriales iban avanzando por las calles de Rosario, de a poco nuestros pibes fueron decorando de amor y de ternura el viejo hogar obrero recuperado por sus trabajadores, hoy llamado “La Toma”.
Entre bombos y cánticos, desafiando las distancias, los de Entre Ríos, los de Córdoba, los de Buenos Aires, se mezclaron en abrazos y en consignas.
Santa Fe tuvo su protagonismo porque nuestros pibes los de Juanito Laguna, los de MTL de la Costa, los de Chalet y los del Norte: de Las Ranitas, de Estanislao López y la Tablada, también dijeron presentes junto a organizaciones de derechos humanos y la Central de Trabajadores Argentinos de nuestra provincia.
Vinieron los saludos de las Madres de Plaza de Mayo de Rosario y Santa Fe. Habló la querida e infaltable Queca Kofman que sostuvo sentir “alegría por estos chicos y bronca frente a la indiferencia de los gobiernos. Pero que el futuro será otro a partir de este seis de marzo”, indicó la maestra de ojos azules.
Luego habló el poeta militante, Alberto Morlachetti: “¿Cuál de los queridos pedacitos de Rodolfo Walsh o Agustín Tosco hablaba de capitalismo? ¿Qué tipo de amnesia globalizada sufrimos los argentinos? En los años setenta se hablaba de socialismo, no de capitalismo con rostro humano. Y eso es lo que habrá que reverdecer para que los chicos que tienen textura de futuro realmente lo sean. Socialismo para la liberación”, remarcó Alberto con una pasión desbordante y contagiante.
De esta manera, con mucho calor y mucha pasión, entre banderas multicolores y canciones de pibes del barrio Ludueña, donde viviera Pocho Lepratti, el ángel de la bicicleta al que le cantara León Gieco, terminó el acto del lanzamiento de la campaña nacional “El hambre es un crimen”. Una vez más, desde Rosario y hasta cada rinconcito del país, otro Cielo fue parido por la ternura rebelde de las Chicas y Chicos del Pueblo.