Santa Fe no era la excepción en aquel contexto. Los gobiernos porteños se oponían fervientemente a otorgarnos la autonomía. Nuestra provincia poseía una ubicación geográfica estratégica por el paso forzoso de las comunicaciones entre el Interior y Buenos Aires.
Frente a este escenario se busca Tucumán como lugar para llevar adelante el Congreso, por las batallas de 1812. Como punto de unión.
Santa Fe y resto del Congreso de los Pueblos Libres (1815) quedan excluidos de la Convocatoria. José Artigas y su Liga eran fuertemente rechazados por Bs. As, desde 1810.
Si bien se pudo declarar la independencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata con respecto de España, el otro objetivo de proclamar una constitución esperaría, baños de sangre mediante, hasta 1853.
Lo ocurrido en 1816 no fue un hecho aislado, sino que debemos entenderlo en un contexto de época, la “era de las revoluciones” iniciada en torno a 1770 en Europa y luego América, propiciando una etapa histórica superadora.
Existieron americanos que amaban este suelo, que pactaron la Patria grande independiente como Bolívar y San Martín. Existieron-existen otros que amaron-aman descaradamente un pacto de sumisión económica-financiera extranjera. Inmersos en un sometimiento cultural y pensando en Jauretche: “Civilización o Barbarie”. Menospreciar lo autóctono, lo nacional, rechazar nuestra luz identitaria, sustituyéndola por la pleitesía e identificación con Europa, colaborando con un proyecto de hacer nuestro país un apéndice económico antinacional.
Hoy la independencia significa soberanía económica. Integrarnos al mundo en una relación simétrica y no subordinada a EEUU o a las corporaciones económicas como legitiman con la Ley Bases.
Soberanía en derechos, soberanía mediática-cultural… NACIÓN, PATRIA Y SOBERANÍA PARA EL PUEBLO, PARA LOS TRABAJADORES!!!