Valoramos los avances sociales y democráticos como lo son la recuperación y control de los fondos privatizados de jubilación y pensión, la aplicación de la asignación universal por hijo, la reestatización de Aerolíneas Argentinas, la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la plena vigencia de las convenciones colectivas de trabajo, la sistemática disminución de la tasa de desempleo y la inclusión de vastos sectores marginados, la legalización del matrimonio igualitario, la derrota del ALCA y el afianzamiento de la integración continental con la UNASUR, el MERCOSUR y la recuperación del papel autónomo en los foros internacionales.
Para defender lo alcanzado y para ir por más , ratificamos el principio innegociable de la autonomía de nuestra Central. Porque somos autónomos para acompañar los cambios, para incidir en ellos y protagonizarlos y, sobre todo, para garantizar su profundización avanzando en el camino de la democracia real que sólo puede ser entendida como mayor intervención ciudadana, más libertad sindical y más redistribución de los ingresos y las riquezas.
La disputa es por profundizar estos cambios o volver al viejo orden anclado en 1976.