El encuentro fue en la Plaza del Soldado, lugar emblemático de lucha donde cada año recordamos las marchas de la resistencia de nuestras queridas Madres de Plaza de Mayo.
En esta ocasión, en este contexto de pandemia, donde la Salud se ha vuelto uno de los derechos humanos más vulnerados y a la vez más preciados, se hizo el reconocimiento especial a lxs trabajadorxs del ámbito de la Salud y a las instituciones que han estado al frente de esta dramática coyuntura, dando muestras de responsabilidad y compromiso para resguardar a la población toda.
Debe destacarse que tras la lectura de un documento del Foro -se transcribe a continuación-, tomaron la palabra trabajadorxs de la salud presentes y representantes de distintas instituciones públicas de la región, y se procedió al descubrimiento de una baldosa, obra artística de la compañera Celina Veloteri y el compañero Raúl Viso.
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Documento del Foro Contra la Impunidad y por la Justicia
A este 10 de diciembre, día universal de los Derechos Humanos, el Foro contra la Impunidad y por la Justicia ha decidido dedicarlo a expresar su reconocimiento al personal de salud de Santa Fe. A compañeras y compañeros que desde el comienzo mismo de la pandemia vienen haciendo los mayores sacrificios para cuidarnos a todos y todas. A quienes cumplimos con responsabilidad con las normas de aislamiento o distanciamiento social, y también a quienes no lo hacen, a riesgo de su su propia salud y sobre todo de la población más vulnerable.
Mientras las muertes evitables se transforman en un número y se naturalizan, las médicas y médicos, enfermeras y enfermeros y todo el personal auxiliar de salud, luchan a brazo partido por salvar cada vida. Para eso se exponen al virus, se contagian y muchos pierden su vida. La pandemia ha revelado lo mejor y lo peor de la condición humana. Ha mostrado también a funcionarios que hacen los mayores esfuerzos para vencer la pandemia, también hay otros que solo parecen movidos por la especulación electoral. Ha desenmascarado a una oposición impiadosa e implacable, que subida al poder real de los medios de comunicación hegemónicos, opera en forma artera para boicotear, desgastar y empujar abiertamente a que se contagie y muera la mayor cantidad posible de argentinos. Han festejado en la televisión la curva ascendente de contagios. Han llamado abiertamente a rechazar la primer vacuna que puede comenzar a sacarnos de esta pesadilla.
Ahora, para que bajemos los brazos, instalan la mentira de que “la pandemia ya pasó”. ¿Acaso nos vamos a sorprender de que el neoliberalismo intente volver al poder subido a la cifra de decenas de miles de muertos? ¿Nos podemos olvidar que con la dictadura, estos mismos sectores asesinaron y desaparecieron a 30.000 compañeros y compañeras, para asegurar y profundizar sus privilegios?
El genocidio, y el actual accionar pro contagios y muertes, están intimamente conectados. Pero también la lucha por la salud y la vida que hoy estamos homenajeando se conectan con la lucha por la vida de nuestras queridas Madres de Plaza de Mayo. De Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce, que el 10 de diciembre de 1977, en plena dictadura, fueron desaparecidas por publicar una solicitada con los nombres de los desaparecidos. Y aunque nos duela el alma, tenemos el deber de recordar siempre que la crueldad de los verdugos fue tal que las arrojaron vivas desde un avión al río de la Plata.
Otras madres se pusieron en la primera fila, y a las rondas de todos los jueves se sumaron las marchas de la resistencia. Veinticuatro horas marchando en Plaza de Mayo por Aparición con Vida y Castigo a los Culpables. También en esta plaza, llena de historia, de significados y de recuerdos de las Madres que aquí dejaron sus pasos marcados. Pasos que hoy seguimos y que retoman las nuevas generaciones que luchan por una vida digna para todos, por Justicia Social, por Soberanía Nacional.
La lucha actual de trabajadoras y trabajadores de salud se une con la lucha histórica por los derechos humanos, bajo la consigna de que LA ÚNICA LUCHA QUE SE PIERDE ES LA QUE SE ABANDONA. Como siempre nos dice Otilia: No abandonen nunca la lucha.