El 18 de septiembre de 2006, en momentos de culminar el juicio de lesa humanidad contra el comisario Miguel Etchecolatz en La Plata, este genocida mandó a sus sicarios a cometer ese nuevo y vil acto de crueldad.
Siempre seguirá vivo entre nosotros el ejemplo de este humilde y digno trabajador, al que pese a su avanzada edad, no le tembló la voz para denunciar en el juicio a sus torturadores. A ser la voz de quienes habían sido privados de ella.
Su voz resuena frente al negacionismo que intenta instalarse hoy.
A 16 años de su segunda y definitiva desaparición forzada, seguimos gritando:
JORGE JULIO LÓPEZ, PRESENTE !!!