A partir de ahora es necesario el compromiso de las organizaciones representativas de los trabajadores y el pueblo para que esta iniciativa pueda ser enriquecida con los aportes de los organismos de Derechos Humanos y, fundamentalmente, ser sostenida y defendida con la movilización de las organizaciones libres de la ciudadanía.
Hay que apoyar activamente esta iniciativa presidencial porque, con ella, se está jugando el destino de un modelo de país en el que, de una vez por todas, se terminen los nichos tenebrosos desde los cuales, los sectores minoritarios del poder concentrado, garantizan la defensa de sus intereses a expensas de la voluntad mayoritaria de los trabajadores y el pueblo.